Carlos Mastronardi
poemas.ar
Aclamación a una pieza vacía - Carlos Mastronardi
No fui en ninguna parte más entero
ni más hondo de mí.
Los instantes que en ella he desgastado
en tumulto indeciso tal vez me andan buscando.
Alguien paga con horas mi quietismo final...
Su recuadro sereno
me dejó percibir cómo entraba en la sombra,
y me lavó la frente de silencio.
En ella
alumbré con palabras un recuerdo,
descargué mis jornadas,
desenredé mi viento.
Regresando del día
yo con súbita luz la desnudaba.
Acompañó el latido más intenso,
y bien supe que estuvo recogiendo
mis sombras, y mi ruta, y mi palabra.
Para siempre
me fue robando imágenes el fondo del espejo.
Caminos que soltara por los ayeres densos.
Iban claros y cansos
bajo mi foco eléctrico.
A veces, al entrar,
rayado de cien vidas y cien calles
extrañaba no hallarme en su silencio,
y al no encontrar mi voz me pensé muerto.
Le apasionaba noches
desvelado en la brasa del cigarro,
y la pulsé con pasos que nadie me devuelve,
y le curvé un ramaje de cansancios.
Quiero pedirle ahora
que me devuelva todas las fragmentarias vidas
ejecutadas de minutos y de ocasos,
y el montón derrumbado de mi risa.
Ella supo llevarme hasta las albas
por la calle tendida de algún verso.
Iré a pedirle los marchitos años
y los cielos que hablaron su luz por mi balcón,
trastos viejos, gastados,
que nos roban y escurren las alcobas.