Cavilación -  César Velázquez

En los frígidos días invernales

de nuevo aquí al rondar se hace presente

un cruel anuncio de posibles males

de lo que no se sabe y se presiente.

Puestas las manos en los parietales,

soportando la ráfaga inclemente

que ha empañado los muros y cristales,

mientras la duda asoma de repente,

Pienso en tus ojos de expresivo encanto,

pienso en la dicha que se acerca y pasa,

pienso en mis noches de dolor y espanto.

Y en nuestra vida derrotada y trunca.

¿Por qué ha quedado sin tu voz mi casa?

¿Te has ido, amada, y no has de volver nunca?