Esteban Moore
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Pruebas al canto - Esteban Moore
Hacia finales de los ochenta estando en Montevideo fuimos a cenar
/al viejo Pentella en Santa Fe y Paraguay
ya por aquellos años un restaurante casi centenario
cuyo elegante salón confirmaba de tiempos pasados
/cierto esplendor
consintiendo -quizás por un instante -el olvido de las miserias del presente
Allí fuimos ubicados en una larga mesa -los más de veinte comensales
/en su mayoría orientales capitalinos
Los camareros comenzaban a servir las bebidas cuando alguien destacó
el inusual -gigantesco tamaño de una reproducción fotográfica de Carlos Gardel
que colgaba de la pared del fondo
La sola referencia al Zorzal Criollo nuestro querido Morocho del Abasto
/obró como una contraseña compartida en colectivo
todos -y a una sola voz -comenzaron a discutir con enfático fervor
/sus orígenes y lugar de nacimiento
Incluso alguien opinó que en la voz del Maestro -divino e inigualable don-
podían reconocerse /el tono y la modulación propias y tan particulares
/del gauchaje de Tacuarembó
Las diversas opiniones y conjeturas resultado en alguna medida de la excitación grupal
-o del ardor y celo patrióticos
fueron interrumpidas por un hombre de mediana edad sentado en una mesa cercana
/quién con una voz grave y buena dicción dijo:
"Observen con atención su cara de felicidad -el rostro risueño
/la sonrisa franca...
¿No se han preguntado Uds. por el motivo de tanta alegría ?
Todas las cabezas giraron en su dirección
/las miradas delataban asombro y desdén
sin embargo nadie osó responderle al indiscreto entrometido
/quién a manera de colofón agregó:
"Es muy simple, le tomaron la fotografía después de cantar Mi Buenos Aires querido
/ más claro échenle agua".