Gonzalo Escudero

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Los   dólmenes   - Gonzalo Escudero

La niebla me ha vendado los ojos. Estoy ciego.

Tiembla el pinar como una cúpula

sobre mi cabeza rebelde.

La noche suena como un órgano.

Mis manos incandescen.

He apretado los troncos de los árboles.

Estrangulé los torsos de las mujeres

y rompí la tierra como un vientre.

¡Hoy, hoy!

¡Trueno, sorbo de Dios!

Mis brazos se agigantan como trombas oceánicas.

Y estoy solo ante mi eternidad, como los dólmenes.

Nadie sabrá después quién sopló los ciclones.

quien abrió los abismos como fauces.

¡Nadie!

Huracanes, gritad, que estoy solo.

La niebla me ha vendado los ojos. ¡Estoy ciego!



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